lunes, enero 16, 2017

No te digo chau... te digo hasta luego

Finalmente llegó el día, no sé si, el tan esperado día…pero llegó. Dejo una vida entera atrás, recuerdos, rincones, olores, colores, sonidos… Para tratar de continuar mi vida con un poco más de paz. Mi tarea, en parte cumplida… dejo a un hombre íntegro, bueno, con herramientas para luchar en este mundo tan poco gentil, con los buenos…y tan gratificante aparentemente para los que no son tanto, los que consiguen las bondades de la vida sin demasiado esfuerzo, yo los llamo involucionados. Me llevo además de mis libros, mis recuerdos más preciados, y mis cosas más personales… una paz que nunca había sentido… espero que, del otro lado, mi nuevo lugar me reciba bien. Lo armaré con amor, con mucha paz, armonía... Mi vida está cumplida acá, se cierra un ciclo, uno más… Dejo este lugar donde empezó a leer mi primer hijo, aprendió a caminar mi segundo, donde Nació mi tercero… Donde, de un día para el otro pasamos de ser cinco, a cuatro, papá había elegido otro camino,... Mamá, y tres pequeños grandes hombrecitos, apuntalaron mi ser de una manera sin igual…No lo sabíamos, nos quedaban sólo cinco más años juntos, éramos los cuatro mosqueteros, y así lo vivíamos…llenos de amor incodicional el uno con el otro… en casa siempre se respiró amor, hasta en los momentos más difíciles. Los años fueron pasando, los hombrecitos se fueron convirtiendo en hombres…lucharon por sus deseos, y así fueron pasando nuestros cinco años entrañablemente hermosos, casi sin darnos cuenta. Salímos adelante de todas las adversidades que se nos fueron presentando, íbamos dando pequeños pasos de progreso, siempre apoyándonos, siempre con proyectos en la cabeza y en el corazón. No digo que no hubieras sies y noes, claro que los hubo… a pesar de ellos, era todo consultado y consensuado, hasta con el más peque. Un día llegó un viaje…como hubo tantos otros, pero éste fue especial… Algo había que me hacia sentir que iba a cambiar para siempre nuestras vidas. Y así fue, como de un día para el otro de cuatro, pasamos a ser dos. La vida otra vez parecía mostrarnos su peor cara, nos costó mucho, muchísimo…ellos ya no volverían, no volveríamos a vernos más… se nos adelantaron, sólo eso, y aún sabiendo qué allá nos volveremos a encontrar, hay días que sentimos el cuerpo tembloroso. Hoy me toca a mí, irme por un rato de este lugar que nos vió reir, nos escuchó llorar, este lugar que guarda secretos, recuerdos, paz, enojos, intercambio de opiniones, la rutina misma que por sobre todas las cosas destacaba el amor que nos tenemos. Voy a estar cerca, vendré de visita…dejo al frente de este barco a un hombre de ley, que sabe por demás llevar las riendas de su vida, tanto que en algunos momentos acarreó con las mías. No es más que un hasta luego, mi alma necesita respiro, un soplo de aire fresco,cerrar otro ciclo, para recomenzar un nuevo capítulo con energías renovadas. By, Sarah Kay

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