martes, agosto 14, 2012

QUE NOS ESTÀ PASANDO?

Por Lianet Escobar Hernández Atendiendo a la teoría del origen y la evolución de las especies del biólogo Charles Darwing, lo que diferencia a los hombres de los animales, aparte de sus características físicas, es su capacidad de pensar y razonar. Por ello en ocasiones, ante disímiles comportamientos de algunas personas en la sociedad, nos atrevemos a dudar de que dicha hipótesis sea aplicable a todos los seres humanos. La violencia física es el más común de los maltratos que reciben las personas, sin embargo, el daño psicológico puede convertirse en seria pesadilla para aquellos que lo sufren. Según estudios internacionales publicados en el sitio web The Hotline, durante el pasado año, en países como Estados Unidos y México, por solo citar algunos, cuatro millones de mujeres toleraron una agresión grave por parte de una pareja durante un período promedio de 12 meses; más de tres fueron asesinadas cada día por sus esposos o novios. Además, el 37% de todas las féminas que buscaron atención médica en las salas de urgencia de un hospital, con el propósito de atender sus heridas, fueron lesionadas por personas cercanas; una de cada tres mujeres alrededor del mundo, ha sido golpeada y forzada a tener relaciones sexuales o sometida al abuso de alguna forma durante su vida. Otras investigaciones alegan que en los últimos 30 años, han sido asesinados un millón cien mil brasileños y los índices de violencia han aumentado de 11.7 asesinatos por cada 100 mil habitantes en 1980, a 26.2 en el 2011, de acuerdo con el Instituto Sangari de Sao Paulo. De esposo a esposa, de novio a novia, de padres a hijos y viceversa, de un familiar a otro, son algunos de los círculos donde frecuentemente se manifiesta la violencia, pero en la vida social diaria también podemos ser víctimas de ellas. Malos tratos en establecimientos comerciales, ya sean estatales o particulares, empujones, gritos y palabras obscenas en las colas del transporte público, disturbios ocasionados en las fiestas populares, y el excesivo ruido a altas horas de la noche, son verdaderos comportamientos cavernícolas, ejemplos que usualmente se manifiestan en nuestra sociedad. Dichos hechos y actitudes, atentan contra la tranquilidad de todos y pueden generar o concluir en actos desagradables. Reza el dicho que la violencia engendra violencia, por ello no debemos ceder ante la furia que en algún momento nos provocan determinadas situaciones. Responder a un golpe con otro golpe, un alarido con uno más fuerte, una mala palabra con alguna peor u ofender al que te ofende, no puede ser la solución, tampoco se trata de dar la otra mejilla o taparnos los ojos, los oídos y la boca ante la cruda realidad que nos afecta. Apelar a la calma, a la buena educación, al sentido común, al razonamiento, a la comunicación, son excelentes maneras de evitar que la violencia se apropie de nuestra sociedad y se convierta en elemento indispensable de la vida del guantanamero. Es cierto, a todo se acostumbra el hombre, pero al daño, al maltrato, a la brusquedad, a la intimidación, no, no es ni sano ni necesario. A la histeria, serenidad; al insulto, olvide y perdone; a la falta de educación, enseñe y respete; y cuando salga de casa, recuerde llevar consigo siempre, grandes cantidades de “gracias”, “por favor” y “permiso”, sin dudas, las mejores medicinas para contrarrestar las despreciables consecuencias de la violencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mil veces no puedo

Hoy tengo grandes deseos de desaparecer, y terminar con todo; sé que si lo expreso así, termino internada y listo, un problema menos, la gen...